
Hay noches que no se cuentan: se atesoran. Y lo del Centenario fue una de esas, de las que huelen a comienzo y a revancha, a historia recién escrita sobre el césped húmedo. Más de siete mil voces acompañaron a la Celeste femenina en su debut en la Liga de Naciones Conmebol. El marcador 2-2 ante Argentina fue lo de menos: lo que importó fue el clamor colectivo de un estadio apoyando a la selección.
Dos veces la gloria, dos veces el suspiro
Uruguay fue un vendaval sereno. El equipo de Ariel Longo no solo compitió: jugó con el descaro de quien se sabe parte de algo que trasciende el marcador. Stephanie Lacoste y Belén Aquino marcaron los goles celestes, pero fue Annika Paz quien, con un cabezazo en el cierre, dejó la historia en tablas. La ironía del fútbol, ese dramaturgo sin pudor: cuando el Centenario ya soñaba con el triunfo, un pequeño descuido bastó para apagar el júbilo y encender la reflexión.
A los 33 minutos del primer tiempo, Lacoste ejecutó un tiro libre que viajó como un secreto en el viento, y terminó abrazándose a la red del arco argentino. Antes, un golazo de Karol Bermúdez había sido anulado por un fuera de juego milimétrico una decisión que recordó, cruelmente, que la justicia y el fútbol no siempre marchan del mismo lado.
La respuesta fue celeste, el pulso argentino
En el complemento, Maricel Pereyra igualó con un disparo desde lejos. Pareció el anuncio de una tormenta, pero Uruguay no se descompuso. Con garra esa palabra que en el diccionario uruguayo tiene rango de mito, Belén Aquino desbordó, encaró, definió. Su 2-1 encendió una ilusión que duró lo que duran los sueños más intensos. Hasta que, en el cierre, una falta discutida derivó en el cabezazo de Annika Paz: empate, bronca y aplausos mezclados.
Más que un punto: un manifiesto
El resultado fue anecdótico. Lo que importó fue la actitud: orden, intensidad, convicción. Uruguay no solo jugó de igual a igual frente a una potencia regional, sino que demostró que el futuro ya empezó. “El fútbol femenino me enamoró”, dijo Longo. Y cómo no: este equipo, que durante años caminó solo, ahora pisa fuerte.
Lo que viene
El camino hacia el Mundial sigue: Paraguay en Asunción el 28 de noviembre, Ecuador en Montevideo el 2 de diciembre. Pero más allá del calendario, algo cambió. El Centenario fue testigo del nacimiento de una nueva era. No fue solo un empate. Fue una declaración: el fútbol femenino uruguayo ya no pide permiso, compite y sueña.

